El 25 de enero de 1959, en el partido Osasuna-Real Madrid, se encontraba Di Stéfano muy incómodo con el marcaje de un joven defensa local. Era bueno el chaval. Así que "La Saeta" le preguntó: "Oye, pibe, ¿quieres jugar en el Real Madrid?". "Hombre, claro, ¿quién no?", fue la respuesta. "Pues vas a tener pronto noticias nuestras". A los tres meses, con la recomendación, casi una orden, del astro, Enrique Pérez Díaz, conocido por el apodo familiar de "Pachín", firmaba con los blancos.
Traía consigo una historia un tanto conflictiva. Procedente del Gimnástica de Torrelavega, ciudad en la que había nacido el 28 de diciembre de 1938, cedido al Sniace en 1956 y convocado para la Selección nacional juvenil, había sido apartado de ella a causa de una salida nocturna en Madrid junto con tres compañeros. En 1957 había sido traspasado al Burgos y en 1958 al Osasuna. Pero también hubo firmado con el Celta. Cuando aterriza en Madrid con 19 años, no puede jugar, a causa de la sanción que le es impuesta, la Liga. Pero sí la Copa de Europa y, contradicciones ventajosas de la Federación sancionadora, también con la Selección española.
Y así lo hace el 15 de mayo de 1960 por razones pragmáticas. Helenio Herrera, entonces seleccionador, lo necesitaba para marcar a un joven y fenomenal inglés, un genio emergente llamado Bobby Charlton. Y Pachín, una bala, lo hizo muy bien. España ganó 3-0. Con la Selección jugaría ocho partidos, el último en mayo del 63. Estuvo en el Mundial de Chile, en 1962, en los encuentros contra México (1-0) y Brasil (1-2). En algunos de esos ocho encuentros (en los dos de Chile, por ejemplo) jugó de centrocampista.
A pesar de su elevada estatura para la época, Pachín era muy rápido. Y esa misma velocidad, no tan necesaria en un mediocampista, lo inclinó definitivamente, y ya con Miguel Muñoz en el Madrid, hacia cualquiera de los lados de la zaga, para marcar al extremo rival. En el Madrid, entre 1959 y 1968, prácticamente siempre como titular, completó una gran trayectoria. Jugó 219 partidos (149 de Liga, 35 de Copa, 32 de Copa de Europa y 3 de la Copa Intercontinental). Ganó siete Ligas, una Copa, una Intercontinental y, sobre todo, dos Copas de Europa.
Esos dos títulos continentales resumen la carrera del Pachín en el Madrid. Son la Quinta y la Sexta Copas. Es decir, la del final de una época y el comienzo de otra. Pachín es un futbolista "puente" que juega, en 1960, la inmortal final contra el Eintracht (7-3) y la inolvidable, en 1966, contra el Partizán (2-1). La de los "ye-yés".
Dejó el Madrid en 1968 para irse un año al Betis y, finalmente, homenaje a su patria chica, al modesto Toluca santanderino junto a Marquitos, su tantas veces compañero en la gran defensa blanca. Como entrenador, empezó en los juveniles del Madrid. Y, más tarde, ocupó otros banquillos: Getafe, Osasuna, Ceuta, Levante (donde entrenó a Cruyff), Granada, Valladolid, Albacete y Hércules.
Casado y padre de dos hijas, madridista siempre y de corazón, tuvo una gran actividad en la Asociación de Veteranos y como ojeador del club. Su pérdida nos recuerda el imparable paso del tiempo y nos sume a la vez en la tristeza y la nostalgia.
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