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Bolsonaro desmiente las encuestas y disputará fortalecido una segunda vuelta con Lula por la presidencia de Brasil

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Bolsonaro y Lula se disputan la presidencia voto a voto en un país que se encamina a una segunda vuelta

Lula aventaja menos de lo esperado a Bolsonaro: "Queremos recuperar el país"EL MUNDO

Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva se disputarán la presidencia de Brasil en una segunda vuelta el 30 de octubre, tras una gran elección este domingo del actual presidente brasileño, cuyos números desmintieron los pronósticos de todas las encuestadoras en las semanas previas.

Escrutado el 99,64% de los votos en unas elecciones de impacto regional y mundial, Lula aventajaba a Bolsonaro por 48,34% a 43,28%, en lo que se perfilaba como una disputadísima elección voto a voto.

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El resultado y el pase al balotaje del 30 de octubre son un triunfo para el presidente, jefe de la derecha dura brasileña y al que las encuestadoras pronosticaron hasta el mismo día de la elección una contundente derrota a manos del líder del izquierdista Partido de los Trabajadores, presidente del país entre 2003 y 2011.

Muchos seguidores de Lula habían comenzado a celebrar en las calles de Sao Paulo y otras grandes ciudades brasileñas incluso una hora antes del cierre de las urnas. Ya más tarde, en medio de un escrutinio que avanzó con mucho mayor lentitud de lo habitual, los festejos de la izquierda se evaporaron: los resultados eran muy diferentes a lo esperado.

La elección fue mucho más polarizada de lo esperado, con los dos principales candidatos concentrando más de un 90% de los votos, lo que derivó en una pobre actuación de las terceras opciones. Y, dentro de esas opciones, sobresalió la muy mala actuación de Ciro Gomes, un socialdemócrata que era candidato por cuarta vez. Gomes quedó cuarto y fue superado por la pujante Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), la centro derecha moderada del país.

Con las cifras de hoy, todo puede suceder dentro de cuatro semanas en una de las mayores democracias del mundo, que convocó a 156 millones de electores a las urnas. Pero Bolsonaro llega a esa cita envalentonado y con ventaja anímica, en tanto que Lula lo hace golpeado, ya que tenía otras expectativas.

Fue evidente este domingo. Tras votar en Sao Bernardo do Campo, una ciudad en las afueras de Sao Paulo, el ex presidente echó una mirada al Brasil de este lunes, el de después de las elecciones, y dio por descontado su regreso a la presidencia.

"Los bolsonaristas más fanáticos tendrán que adaptarse a la mayoría de la sociedad", dijo el ex presidente de 76 años, que cree que "será fácil restablecer la democracia y la paz" en el país.

Esas declaraciones optimistas de Lula fueron en sintonía con las del sábado por la tarde: "Creo que esta elección puede ser definida mañana".

"No voy a comentar las encuestas, solo los resultados a las cinco de la tarde. Hay que esperar a que la gallina ponga el huevo", añadió el dos veces presidente ante las encuestas de última hora que lo situaban con el 51 por ciento de los votos válidos, en el caso de la hecha por Ipec, y con el 50, del Instituto Datafolha.

En ambos sondeos, el presidente Bolsonaro quedaba a 14 puntos de distancia de Lula.

"Si gano en primera vuelta tendré más tiempo de organizar el gobierno, de conversar, de viajar al exterior para abrirle puertas al mundo a Brasil", reconoció Lula, al que se vio feliz y relajado, al punto que bromeó con que estaba vestido "como un cantante de tango" y que parecía Carlos Gardel.

Bolsonaro, que votó en Río de Janeiro con un chaleco antibalas cubierto por la camiseta verdeamarilla de la selección de fútbol de Brasil, había hecho notar su optimismo acerca del resultado.

"Si las elecciones son limpias no hay problema alguno, que gane el mejor", dijo. "La expectativa es de victoria. Fui recibido bien en prácticamente todos los Estados. Lo de ayer en Joinville fue algo nunca visto en Brasil, tanta gente apoyándome. No vi a la prensa, pero todo bien, son las reglas del juego. Lo que vale es el Datapovo (Datapueblo)", ironizó el presidente en referencia a DataFolha, el instituto de encuestas al que criticó insistentemente a lo largo de la campaña.

Doce años después de dejar el Palacio del Planalto, Lula busca el regreso a la presidencia de Brasil. El mismo objetivo de Bolsonaro, de 67.

Si Lula, presidente por dos períodos consecutivos entre 2003 y 2011, gana el balotaje del 30 de este mes y vuelve a estar al mando de la duodécima economía del mundo, estaría protagonizando un "revival" político de impacto: el líder de izquierdas pasó casi dos años en prisión, entre 2018 y 2019, acusado de corrupción dentro del escándalo "Lava Jato". El Tribunal Supremo brasileño anuló las condenas alegando incompetencia por parte de los tribunales que juzgaron al ex presidente.

Si el elegido en cambio es Bolsonaro, el líder derechista brasileño se habrá anotado un gran impacto.

Comparación con EEUU

Lo sucedido este domingo despejó una de las grandes incógnitas de los últimos meses, la disponibilidad de Bolsonaro a aceptar el resultado. Su insistencia en la necesidad de "elecciones limpias", dos años después de lo sucedido en los Estados Unidos de Donald Trump, trajo a la la primera economía de América Latina un "déjà vu" de aquellos días en los que Joe Biden debió armarse de la mayor de las paciencias para que una situación delicadísima no descarrilara.

El problema se traslada, entonces, a la segunda vuelta, a la que ambos candidatos llegan con porcentajes similares de votos. Trump se negó a reconocer su derrota, con los efectos y las consecuencias conocidos. ¿Sería capaz Bolsonaro de hacer lo mismo?

Andrés Malamud, politólogo argentino en la Universidad de Lisboa, cree que es algo que no se puede descartar.

"Bolsonaro no esconde su idolatría por Trump. Y como Trump, es factible que desconozca la derrota, pero difícilmente las Fuerzas Armadas lo sigan en su aventura negacionista", dijo Malamud a EL MUNDO.

"La clave es lo que hagan las policías militares, que dependen de los gobernadores estaduales y son mayoritariamente bolsonaristas", añadió. ¿Quiere eso decir que, llegado el caso, serían las Fuerzas Armadas brasileñas las garantes de la democracia?

"Podría ser. Las Fuerzas Armadas brasileñas ya fueron advertidas por Estados Unidos, a través del secretario de Defensa, Lloyd Austin, de que debían aceptar el resultado y respetar la democracia".

Washington está siguiendo con mucha atención el proceso político brasileño. Días atrás, el Senado estadounidense aprobó una declaración sin precedentes en la relación entre Washington y Brasilia. El texto, promovido por el ala izquierda del Partido Demócrata, pero sin objeciones por parte de los republicanos, dice que la Casa Blanca reconocerá de inmediato cualquier resultado avalado por las instituciones brasileñas y observadores internacionales. Y, por si hiciera falta, advierte de que un golpe de Estado llevará a "reconsiderar la relación con Brasil".

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