La 'premier' Liz Truss ha pedido expresamente a Carlos III que no asista a la cumbre COP27 en Egipto, donde tenía intención de dar un discurso sobre el cambio climático, al igual que hizo en la COP26 de Glasgow y la COP21 de París, cuando era Príncipe de Gales.
El rey ha accedido a la petición -formulada por Truss en su primer encuentro en el palacio de Buckingham- y ha abandonado finalmente sus planes, según informa The Sunday Times. Pese a advertir en su primer discurso que no tendría tiempo de dedicarse a los "asuntos" que le preocupan, el monarca tenía previsto asistir como invitado especial y al frente de la delegación británica a la cumbre que se celebra en Sharm El Sheikh.
La visita a la COP27, entre el 6 y el 18 noviembre, habría sido probablemente su primer visita de Estado como monarca, aunque Carlos se reserva la posibilidad de hacer sentir su "presencia" de otra manera, posiblemente con una intervención por videoconferencia.
"No es un misterio que el Rey había sido invitado a asistir a la COP27 y que tendrá que pensar muy cuidadosamente qué pasos dar para su primera visita internacional ahora", precisaron a The Sunday Times fuentes de la casa real británica. "La decisión ha sido tomada en cualquier caso en el espíritu de colaboración y siguiendo los consejos del Gobierno".
Otras fuentes destacaron sin embargo el malestar en el entorno del monarca y el "error de juicio" por parte del Gobierno de Liz Truss, teniendo en cuenta la intervención de Isabel II por videoconferencia en la COP26, donde mostró su "orgullo" por la labor de Carlos y de su hijo William "para incitar a la gente a proteger nuestro frágil planeta".
En su discurso presencial en Glasgow, como hizo en París, Carlos hizo una llamamiento a "una movilización de guerra" para trasformar la economía y reducir las emisiones. En Egipto planeaba dar un impulso a su Iniciativa de Mercados Sostenibles, instando a las empresas a invertir en proyectos verdes.
Truss probablemente no viajará tampoco a la COP27, según The Sunday Times, en un giro aparente del compromiso adquirido por Boris Johnson en la COP26. La 'premier' ha ordenado incluso la revisión de la política de "emisiones cero" para el 2050 de su predecesor y ha encomendado al diputado Chris Skidmore a que presente a finales de año un informe, para determinar si los objetivos interfieren con sus planes de crecimiento económico.
El levantamiento de la moratoria del 'fracking' impuesta en el 2019, ante los temblores de tierra registrados en Lancashire en la primera explotación en el Reino Unido ha sido otro de las primeras decisiones tomadas por Truss. La 'premier' ha puesto al frente del Departamento de Empresas y Energía a Jacob Rees-Mogg, conocido por sus anatemas contra el "alarmismo climático".
Truss, que trabajó entre 1996 y el 2000 en la petrolera Shell, inició precisamente su ascenso en la política como secretaria de Medio Ambiente con David Cameron en el 2014. Durante la campaña al liderazgo conservador, el medio ambiente pasó a segundo plano frente a la crisis energética, con al menos dos candidatas -incluida la actual la secretaria de Interior Suella Braverman- partidarias de supresión del objetivo de "emisiones cero".
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