Entrevista

Borja Carabante: "No queremos una ciudad 'cero coches', queremos una ciudad de 'cero emisiones'"

  • 20 de julio de 2022

Hace años, llegar a la mayoría de edad era sinónimo de carné de conducir y compra de un coche de segunda mano. Ahora todo ha cambiado y ya no es imprescindible ser propietario de un vehículo si vives en una gran ciudad. La movilidad compartida nos permite desplazarnos más rápido, más barato y también de una forma más sostenible. Francisco de Borja Carabante es el responsable de mantener el equilibrio entre el medio ambiente y la movilidad en Madrid. Una armonía que pasa por la convivencia de vehículos compartidos, coches privados y transporte público.

Hablar de movilidad urbana es hablar de motos y coches privados y compartidos, de patinetes, de bicicletas, de transporte público colectivo… ¿La combinación de todas esas formas de transporte es la ideal para una gran urbe?
La revolución que se está viviendo en las ciudades, nos enfrenta al reto de integrar todos esos modos de movilidad en un nuevo menú de alternativas para los ciudadanos, donde ya no sólo existe una dicotomía entre transporte público y vehículo privado, sino que aparecen nuevos modos de movilidad como pueden ser los patinetes, el motorsharing, el carsharing… y el reto que tenemos las grandes ciudades es precisamente integrarlos dentro de un menú de alternativas sencillo y fácil para que los ciudadanos puedan elegir cuál es el modo que mejor se adapta a sus expectativas.
Sin embargo, aunque tenemos todas esas alternativas, todos nos hemos encontrado en el atasco de cada mañana en una gran urbe. ¿El mayor problema de la movilidad es el cambio de mentalidad hacia un transporte más sostenible?
El cambio de mentalidad lo estamos viendo ya en las generaciones más jóvenes, donde ya no tienen un concepto de la movilidad en el sentido de la propiedad. Hace unos años, con 18 años, lo que hacía uno era sacarse el carné de conducir y con su primer sueldo comprarse un vehículo de 15 años, el más barato que encontraba. Ahora los jóvenes no se mueven así, se mueven considerando la movilidad como un servicio desde un punto A a un punto B y les da lo mismo cómo hacerlo. Debemos tener la capacidad de transformar tecnológicamente la movilidad para que esas alternativas estén en la palma de la mano de una manera muy sencilla para todos los ciudadanos.
¿Y qué hacemos con las otras generaciones?
Sorprendería cuál es la edad media de uso de un patinete o cuál es la media de uso de un car o motosharing. No son adolescentes, sino gente de mediana edad que va asumiendo con total normalidad ese tipo de movilidad. Y lo asume porque en términos de tiempo y en términos económicos, es mejor que otras alternativas, especialmente la del vehículo privado. Debemos ofrecer otras alternativas para que la peor alternativa en términos de movilidad para un ciudadano sea coger su vehículo, porque si se saca el vehículo a primera hora, todas las etapas a lo largo de ese día, las hará en coche.
En las grandes ciudades, no son solo los ciudadanos los que se mueven. Hablamos también del transporte de mercancías. ¿Cuál es la solución para esa última parada?
Efectivamente, se habla mucho de la movilidad de las personas, pero poco de la movilidad de las mercancías. El debate ha surgido con ocasión de la pandemia, precisamente donde hemos descubierto todos, incluso las personas más mayores que no habían utilizado el comercio electrónico, que era posible que te trajeran la compra o comprar cualquier cosa con un clic. La distribución de mercancías en Madrid, por ejemplo, es el 10% de la flota, pero es el 20% la congestión y el 30% la contaminación. Si somos capaces de poner el foco ahí, solucionamos muchísimos temas en congestión y contaminación.
Eso es lo que se hace en Madrid, ¿qué nos gustaría copiar de otras grandes ciudades en cuanto a movilidad sostenible?
Madrid es la segunda ciudad más poblada de Europa, por detrás de Berlín, y por tanto no nos podemos parecer a Ámsterdam. No nos podemos parecer a muchas capitales y ciudades europeas que para mucha gente son el símbolo de la movilidad saludable, porque tenemos 12 millones de desplazamientos. Lo que tenemos que hacer es copiar lo que se está haciendo en otras ciudades de mejor manera que en Madrid. Por eso, queremos convertir a Madrid en el banco de pruebas de la innovación en la movilidad, para ir innovando y mejorando y, sobre todo, tener una mayor ambición hacia la movilidad sostenible.
Más zonas peatonales, también son modelos que se van implantando en muchas ciudades del norte de Europa...
A lo largo de los últimos años todas las ciudades, las capitales europeas, han avanzado hacia peatonalizaciones en el centro de sus ciudades. Yo creo que el reto que tenemos ahora desde Madrid y el resto de las ciudades es extender esas peatonalizaciones a todos y cada uno de los barrios, a todos y cada uno de distritos, para que esa movilidad saludable, esa movilidad sostenible, esa movilidad peatonal, llegue a todos y cada uno de los ciudadanos.
La tecnología, ¿qué importancia tiene dentro de la movilidad?
Nosotros lo que queremos es ofrecer información para convertir la movilidad en un servicio más que puede dar la ciudad, eso solo es posible hacerlo a través de la tecnología. Además, eso nos permite gestionar multitud de datos que nos permitan ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos. El ciudadano tiene que saber, antes de salir de su casa, cuál es el mejor modo para desplazarse.
Más que como delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad de Madrid, como ciudadano, como urbanita, ¿cómo le gustaría que fuera el tráfico de las grandes ciudades en los próximos 15 o 20 años?
Yo digo que no queremos una ciudad 'cero coches', queremos una ciudad de 'cero emisiones'. Necesariamente vamos a tener que seguir moviéndonos y va a tener que seguir habiendo coches, transporte público y un menú de alternativas cuanto más amplio mejor. Pero hay que introducir una variable más en esa función de utilidad que es la sostenibilidad, porque nos queremos mover barato y en poco tiempo, pero con una conciencia cada vez más sostenible.