Ramón Gaya se acercó a lo cierto: "El Museo del Prado es casi como un manicomio al revés, un manicomio de cordura, de realidad, de certidumbre". Y algo más: "La pintura, para el español es, precisamente, despertar". Eso dijo. Un despertar sucesivo que en el Prado tiene sus ráfagas nuevas y viejas. Pero también otros vientos posibles. El director de la pinacoteca, Miguel Falomir, anunció hace dos semanas una nueva reordenación de los fondos. Y a ese anuncio adjuntó la promesa de que será más muse
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